Las redes de saneamiento requieren de un mantenimiento periódico para comprobar el estado de las tuberías de la misma. Una de las formas más seguras de examinar las cañerías y la única forma de hacerlo en el caso de las tuberías a las que el ser humano no puede acceder, es con una cámara de inspección de tuberías.

Una cámara para inspección de tuberías permite ver el interior de los conductos y consta de tres elementos:

• Cámara de inspección: es un cabezal resistente y sumergible donde se aloja una micro cámara de alta resolución e iluminación que se introduce en el interior de la tubería.

• Cable guía: sirve para empujar la cámara por la tubería y llevar la señal capturada por la cámara a una unidad de control.

• Unidad de control: controla los parámetros que permiten la visualización de las imágenes capturadas por la cámara, además de permitir la edición de textos y grabar video y audio (comentarios de voz).

Las consideraciones a tener en cuenta al momento de elegir una cámara para inspección de tubería son:
• Diámetro máximo y mínimo de los conductos a explorar.
• Que sustancias o elementos hay dentro de la tubería ya sea agua, gas, cableado.
• Cuantos metros se va a introducir el cabezal en la tubería.
• Formas de transporte, resistencia a golpes o exposición al intemperie, según dónde va a ser utilizada.

Las aplicaciones de estos equipos son muy diversas siendo útiles en trabajos de vigilancia, mantenimiento y para diagnosticar problemas. Con las cámaras de inspección de tuberías ya no es necesario desmontar para ver, ni abrir suelos o paredes para encontrar el problema en el conducto o en las tuberías.

El uso de estos equipos tiene muchas ventajas como son grandes ahorros de tiempo, costos en mano de obra especializada, reducción del impacto sobre la estética de las instalaciones así como el polvo o ruido que va asociado a cualquier obra. Permiten llevar a cabo un mantenimiento preventivo para la detección temprana de los problemas antes de que estos se conviertan en graves resultando más caros y difíciles de resolver. Posibilitan la detección exacta del fallo, incluso la localización de la profundidad. Incorpora un software completo que permite obtener resultados en tiempo real para tomar decisiones más rápido y almacenar información valiosa para un uso futuro. Son equipos fáciles de operar por lo que no requieren ningún entrenamiento especial para su uso.